En Medio Oriente, es muy común ver a la gente comiendo semillas tostadas de pistacho, de sandía o de zapallo, y también de girasol, aunque estas últimas en menor medida. Vamos a indicar un procedimiento que sirve para todas ellas.
Hay diferencia entre las semillas que se comercializan en semillerías de Medio Oriente y las que existen en América, ya que aquí las semillas son pequeñas, mientras que en el Cercano Oriente son mucho más grandes. Y dado que las más fáciles de conseguir son las de girasol, y en todas partes son más económicas, daremos la receta para tostarlas.
Al usar la receta casera para tostar las propias semillas, se puede ajustar el nivel de sal y de cocción, para que se ajusten al paladar o necesidades propias, o agregar ingredientes adicionales para darles un toque original.
INGREDIENTES:
1/2 kg de semillas de girasol crudas con cáscara
1 lt de agua
1/4 de taza con sal
Fuente de aluminio
Se revisan y descartan primero las semillas que sean demasiado pequeñas o chatas porque se quemarán al cocinarse primero. También se separan las semillas que están rotas o tienen agujeros en la cáscara, porque estos a veces son causadas por larvas de insectos o se pudren internamente y al momento de comerlas dejan un sabor muy agrio en la boca.
Se mezcla el litro de agua con 1/4 de taza de sal en un bol, y se mezcla hasta disolver, regulando la sal en mayor o menor cantidad según se quieran más o menos saladas. Si se van a tostar más de 1/2 kg de semillas de girasol, hará falta más agua salada. También pueden tostarse las semillas sin sal.
Las semillas deben ser lavadas, ya que vienen con una suciedad propia, y para ello se remojan en el agua (salada o no) a temperatura ambiente por 8 horas, o toda una noche. Las semillas se cuelan, pasándolas por un colador y secándolas para quitarles el exceso de humedad, pudiendo exponerlas al sol en una bandeja en días de verano, o dándoles un pequeño golpe de calor en el horno y luego dejándolas enfriar. Una vez secas en su exterior y a temperatura ambiente, las semillas de girasol se colocan luego de forma pareja en una asadera, esparciéndolas, cuidando que sólo haya una única capa de semillas, sin que se superpongan unas sobre otras.
En un horno de gas o eléctrico precalentado a 150°C, se asan durante no más de 30 a 40 minutos, mezclando ocasionalmente, hasta que las cáscaras estén tostadas y las semillas despidan olor. Se recomienda que cada 7 minutos se remuevan las semillas en su bandeja, probando alguna para comprobar su grado de humedad.
Se pueden tostar las semillas por más tiempo según el gusto de cada uno, pero teniendo cuidado de que no se quemen. Deben tener un color tostado, un aroma de aceite de girasol, y una consistencia seca y quebradiza, y ese es el momento en que ya están preparadas. Hay que vigilarlas con atención mientras se tuestan, ya que algunas variedades se cocinan más velozmente que otras y se pueden quemar antes.
Se pueden mezclar condimentos con el agua (salada o no) antes de tostar las semillas, que pueden darle un sabor y un olor distintivos:
- 1/2 a 1 cucharada de pimienta negra
- 1 cucharadita de jugo de lima
- 1 cucharadita de polvo de ají (o de algún picante como chile)
- 1 cucharada de eneldo seco
- 1 cucharada de semillas de comino molidas
- 1 cucharada de menta molida
- 1 cucharadita de miel.
También se puede utilizar el mismo procedimiento para las semillas de pistacho, sandía, calabaza o de zapallo.